Poco común dentro de la oferta gastronómica sevillana, este curioso establecimiento ofrece una carta vegetariana y ecológica; y una cosa no excluye a la otra.
El comer allí se lo debo a mi hermano vegetariano en su última visita a Sevilla y esa manía que tenemos a veces de salir a comer en familia, y reconozco que me gustó la experiencia y que volvería a repetirla sin echar de menos el chuletón de buey, solo por encontrarme de nuevo con esos huevos fritos con patatas que sabían a gloria o el exquisito y sorprendente salmorejo de remolacha.
El comer allí se lo debo a mi hermano vegetariano en su última visita a Sevilla y esa manía que tenemos a veces de salir a comer en familia, y reconozco que me gustó la experiencia y que volvería a repetirla sin echar de menos el chuletón de buey, solo por encontrarme de nuevo con esos huevos fritos con patatas que sabían a gloria o el exquisito y sorprendente salmorejo de remolacha.
Oferta culinaria que nada tiene que ver con la deconstrucción alimenticia de Adriá, pero que se disfruta modestamente como alternativa al churrasco de pollo, el serranito o los quinientosmil montaditos.
Por añadidura, Gaia se inscribe dentro de lo que se conoce como “Slow Food”, movimiento que reivindica una forma de comer opuesta al “Fast Food” (algo que ya se hacía aquí cuando éramos niños) y que a su vez es parte del movimiento “Slow”, filosofía de vida que tiene como idea fundamental no tener prisa. Sirva este detalle como apunte para impregnar de cierto aire “cool” nuestra velada si la situación lo requiere.
Especial mención merece su cerveza: Cerveza ecológica, sí señor, y con alcohol. Medio litro de “Müller’s” fue mi elección; lager, bien fría, con gran sabor a malta. Además cuenta con una moderada variedad que hace obligada una nueva visita para probar otros sabores. También cuentan con vinos ecológicos muy recomendables.
Indicar que sus precios son muy asequibles y el local no es excesivamente amplio, por lo que conviene reservar previamente. Eso sí, es acogedor dentro de lo rústico, y por supuesto no hay que ir con prisas: recuerde que es una zona “slow”.
Gaia se encuentra por el área de Plaza de Armas y sirven almuerzos y cenas todos los días.
Por añadidura, Gaia se inscribe dentro de lo que se conoce como “Slow Food”, movimiento que reivindica una forma de comer opuesta al “Fast Food” (algo que ya se hacía aquí cuando éramos niños) y que a su vez es parte del movimiento “Slow”, filosofía de vida que tiene como idea fundamental no tener prisa. Sirva este detalle como apunte para impregnar de cierto aire “cool” nuestra velada si la situación lo requiere.
Especial mención merece su cerveza: Cerveza ecológica, sí señor, y con alcohol. Medio litro de “Müller’s” fue mi elección; lager, bien fría, con gran sabor a malta. Además cuenta con una moderada variedad que hace obligada una nueva visita para probar otros sabores. También cuentan con vinos ecológicos muy recomendables.
Indicar que sus precios son muy asequibles y el local no es excesivamente amplio, por lo que conviene reservar previamente. Eso sí, es acogedor dentro de lo rústico, y por supuesto no hay que ir con prisas: recuerde que es una zona “slow”.
Gaia se encuentra por el área de Plaza de Armas y sirven almuerzos y cenas todos los días.
Nombre: "Gaia Bar Ecológico"
Dirección: c\ Luis de Vargas 4, 41001 Sevilla. España
Dirección: c\ Luis de Vargas 4, 41001 Sevilla. España
Fecha de la última visita: Noviembre de 2.011
Página Web: http://restauranteecologicogaia.com/
E-mail: info@gaiaecosalud.com / ppgaia@hotmail.com
Autor de la crítica: Manuel Escacena
Autor de la crítica: Manuel Escacena
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