Destaca este bar céntrico sevillano
(está a 10 metros de la plaza de la Alfalfa) por sus tapas y platos muy
propios de la cocina típica andaluza y, pese a estar enclavado cerca de
la zona turística, es relativamente asequible.
A reseñar, como su propio nombre indica, sus caracoles y cabrillas en temporada (en mi opinión, de los 3-5 mejores de la
capital sevillana), dentro de un amplio ramillete de posibilidades,
desde los mariscos (gambas - al ajillo, cocidas o rebozadas -,
langostinos, coquinas, cañaillas, almejas, cigalas), a los pescados
frescos (lenguado, bacalao, rape, dorada), pescados fritos o carnes,
(pinchos de lomo, churrasco de solomillo) u otras especialidades como
las brochetas (de rape o ibérica), paella, pulpo a la gallega o panes de
la casa.
En
nuestra última visita empezamos con unas tortillitas de camarones
(esponjosas a la par que sabrosas), unos boquerones fritos (no tan
destacables) y un pincho de lomo (buena opción, suculento y bien
presentado).
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| Tortillitas de Camarones: 2'35€ |
Como plato fuerte elegimos la brocheta de rape, de importante presentación y tamaño adecuado, aunque resultó estar algo seca, por lo que tuvimos que acompañarla de la sala ali-oli que la acompaña, pero claro, si a un pescadode unos 12 € hemos de recurrir al ali-oli... Probablemente debimos decidirnos por la brocheta de presa ibérica, que poco hecha resulta jugosa y sabrosa...
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| Brocheta de Rape: 12'75€ |
Está decorado de forma similar a un mesón, con unas 6-8 mesas en su interior y otros tantos veladores en el exterior, aunque recientemente han expandido a un local anexo su capacidad, por lo que tiene una dimensión más o menos amplia.
En cuanto al precio, sin ser los más bajos que hemos visto, sí resultan relativamente asequibles (una pareja puede comer bien por menos de 40-50 €), teniendo en cuenta además la ubicación del local, rondando las tapas los 2'50 €, y los platos entre 9 y 13 €.
Nombre: "Bar Casa Antonio Los Caracoles"
Dirección: c\ Guardamino 1 (junto a Plaza Alfalfa)
Fecha de la última visita: 23 de Diciembre de 2012
Autor de la crítica: Ángel M. Rodríguez
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