martes, 24 de octubre de 2017

La Esperanza: Cuando tradición e innovación van de la mano

En el barrio sevillano de San Jerónimo, nos encontramos con este bar restaurante que combina la cocina tradicional de barrio con ciertas innovaciones muy de agradecer pues rompen la monotonía del entorno.

Plato de Tomate con Melva (3'50€)

Mini Pan de Anchoas y Mini Pan Jamón (3€ / plato)
Con un salón interior en el que, además de la barra, tiene  unas 6-8 mesas, a las que se le suman los veladores exteriores cuando el tiempo acompaña, tenemos la oportunidad de empezar con unos entrantes en los que, además del jamón ibérico y queso de buena calidad, y las típicas ensaladillas y aliños, recomiendo el tomate con melva, presentado en un copioso plato y a un precio muy ajustado, que acompañaría con algún pan (de jamón o anchoa), muy sabrosos.

Plato de Langostinos Tigres Cocidos
 Y si, como ocurre en varias ocasiones, dispone de marisco, no dejen de elegirlo, tanto gambas como langostinos tigres, con un toque de coción sencillamente sublime, lo que me hace recomendarlos preferiblemente frente a los langostinos a la plancha.

Tataki de Atún

 Como plato fuerte, además de los típicos serranitos, solomillos (whisky, roquefort, al jamón), chipirón plancha, hamburguesa de buey, etc... típicos de barrio, este establecimiento nos aporta ciertas innovaciones, como puede ser el tataki de atún, bacalao plancha con gulas, milhojas de solomillo, etc...

Bacalao Plancha con Gulas
En cuanto al ambiente, recomendable para comidas de amigos, de compañeros o familias completas, a las que Antonio y su gente, atienden combinando la profesionalidad con la cercanía.

En definitiva, sin ser de alta cocina, un lugar más que recomendable y acogedor que, sumado al trato cercano y amable,  junto a una espléndida relación calidad / precio, servicio en mesa incluido, merece la pena visitar.

Nombre: "La Esperanza Tapas"
Dirección: C\ Navarra, 9. 41015 Sevilla. España
Teléfono: + 34 955 13 84 16
Fecha Última Visita: 7 de Octubre de 2017

Autor de la Opinión/Crítica: Ángel M. Rodríguez