sábado, 31 de diciembre de 2011

Tres Escenarios Maravillosos

En un reciente comentario repasé los tres mejores viajes realizados a lo largo de mi vida. En él,  recordé los  momentos vividos en China, Egipto y San Petersburgo. En esta ocasión y aunque las preferencias son siempre muy subjetivas, voy a destapar de nuevo el baúl de los recuerdos y a pasar revista a tres momentos maravillosos, vividos en escenarios muy diferentes. Son chispazos de placer que permanecen siempre en la memoria:

1) VISITA DEL TAJ MAHAL. Un lejano atardecer de julio, en la calurosa India y en la ciudad de Agra, tuve el placer de quedarme extasiado unas horas al contemplar la figura majestuosa del Taj Mahal. El monumento más famoso de la India cambia de color según las horas del día. Después de comer el mármol del monumento brilla de manera espectacular.

2) UNA CERVEZA EN SANTORINI. La escarpada isla volcánica griega no cuenta con playas de gran atractivo, pero las puestas de sol tienen un encanto incomparable. Aguardar ese momento, en lo más alto de la isla griega, a las ocho de la tarde con una cerveza y música de fondo de Teodorakis te transporta a un mundo de ensueño.

3) RECORRER LAS MURALLAS DE DUBROVNIK. El casco antiguo de la ciudad croata, con un inconfundible aire veneciano, se contempla de una manera diferente desde las imponentes murallas de la ciudad al borde del mar. Las cercanas islas parece que se pueden coger con la mano y los monumentos del centro histórico como el campanario o el palacio Sponza surgen de calles y plazas como vestigios imborrables del esplendoroso pasado.

Pie de foto: José Manuel Requena ante el Taj Mahal./FOTO ELO DURÁN

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